LOS ESTIGMAS DE PADRE PIO

Padre Pio durante la celebración de una misa 

(en la mano izquierda unas de los estigmas).

La aparición espontanea de estigmas, (reproducción de las heridas sufridas por Jesús Cristo en la Cruz), normalmente causa un grande acontecimiento santo en la fe católica. El caso más famoso de este tipo de suceso fue el de Padre Pío.

Francesco Forgione nace en Pietrelcina  (Italia) en el año de 1887, sus padres fueron Grazio Orazio Mario Forgione y María Giussepa di Nunzio. Su familia era de clase humilde, y muy devota. Desde temprana edad sufre los llamados «encuentros demoníacos», que lo acompañaran a lo largo de su vida. Amigos y vecinos testificaron que en más de una ocasión le vieron pelear con su propia sombra. Además él siempre tuvo una inclinación hacía la vida monacal. El 6 de enero de 1903, con 16 años, fue aceptado como novicio en el convento de Morcone. La vida en el noviciado fue muy dura, llena de ayunos y sacrificios que influyeron mucho en el carácter, la salud y el espíritu de Padre Pio. El 22 de enero de 1904 terminó su noviciado y pronunció sus votos temporales.

El 25 de enero de ese mismo año se trasladó al convento de Sant’Elía para continuar con sus estudios. Ese mismo año fue trasladado al convento de Serracapriola, pero su salud decayó. Entonces sus superiores lo enviaron de regreso a Pietrelcina para que mejorara su estado de salud.

En 1908 regresó al convento, pero esta vez a Montefusco. El 10 de agosto de 1910 fue consagrado sacerdote en la catedral de Benevento. Allí en su pueblo natal dijo haber recibido los estigmas. En septiembre de 1916 fue enviado al convento de San Giovanni Rotondo, donde vivió hasta su muerte. Durante la Primera Guerra Mundial sirvió en el cuerpo médico italiano (1917-1918).

Sin duda alguna lo que hizo más famoso al padre Pío fue el fenómeno de los estigmas: heridas en manos, pies, costado y hombro, entre 1911 y 1918, y visibles desde este último año hasta su muerte. Su sangre tenía al parecer perfume de flores, aroma asociado a la santidad. La noticia de que el padre Pío tenía los estigmas se extendió rápidamente. Muy pronto miles de personas acudían a San Giovanni Rotondo para verle, besarle las manos, confesarse con él y asistir a sus misas. (Se trató del primer sacerdote estigmatizado).

La Santa Sede envió a investigar a una celebridad en materia de psicología, el padre Agostino Gemelli, franciscano, doctor en medicina. Cuando el padre Gemelli se fue de San Giovanni, publicó un artículo en que afirmaba que los estigmas eran de origen neurótico. El Santo Oficio se valió de la opinión de este psicólogo e hizo público un decreto el cual declaraba que «no se constata la sobrenaturalidad de los hechos».

Hubo otros tres decretos y el último fue condenatorio, prohibiendo las visitas al padre Pío o mantener alguna relación con él, incluso epistolar. Como consecuencia, el padre Pío pasó 10 años ―de 1923 a 1933― aislado completamente del mundo exterior.

Sin embargo  el profesor Ezio Fulcheri, docente de anatomía patológica de la universidad de Génova e de paleopatología de la universidad de Torino, declaró  de haber examinado el material fotográfico y documental sobre los estigmas de Padre Pio y afirmó:

"No me puedo imaginar qué sustancias hacen posible mantener abiertas las heridas durante cincuenta años, y lo que impide la evolución natural. Cuanto más se estudia la anatomía y la fisiopatología de la lesión, más te das cuenta que unas heridas no pueden perdurar abiertas en el caso de las estigmas del Padre Pío. Y todo esto sin complicaciones, sin afectar a los músculos, nervios o tendones. Sin embargo las manos de Padre Pio presentan un estado clínico satisfactorio y de color rosa, de otra forma debería tener los dedos hinchados, inflamados, rojos, y con un deterioro funcional significativo y con una alteración de la sensibilidad. »

La mañana del lunes, 23 de septiembre 1968 Padre Pío murió a la edad de 81 años. Al funeral asistieron más de cien mil personas que vinieron de todas partes de Italia.

Padre Pio fue beatificado fue proclamado santo el 16 de junio 2002 en la Plaza de San Pedro por el Papa Juan Pablo II como San Pío de Pietrelcina. Su fiesta litúrgica se celebra el 23 de septiembre.

Abajo la película completa de la vida del Santo.

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