Lucá dos Santos, Jacinta y Francisco Marto |
«Los tres
misterios de Fátima» es el nombre usado para referirse a tres secretos que,
según la tradición católica, la Virgen de Fátima habría confiado a tres
pastores portugueses.
En octubre de
1917, tres jóvenes pastores portugueses, Lucía dos Santos y sus primos Jacinta
y Francisco Marto, proclamaron haber presenciado una aparición de la Virgen
María. La visión de María es hoy popularmente descrita como Nuestra Señora de
Fátima.
El 13 de mayo, la
Virgen María confió tres secretos en
forma de profecías a los jóvenes
visionarios. Dos de los secretos se revelaron en 1941, en un documento escrito
por Lucía para ayudar con la canonización de sus primos, mientras el tercero
debía quedarse en secreto, aunque el Obispo de Leiria ordenara a Lucía ponerlo
en escrito para presentarlo al Papa. Lucía escogió la fecha de 1960 para
revelar el secreto, porque ella dijo pensar que "para entonces será más
claramente entendido". El texto del tercer secreto fue revelado por el
papa Juan Pablo II, el 26 de junio del 2000.
El primer secreto
era una visión del Infierno:
"Nuestra Señora
nos mostró un gran mar de fuego que pareció estar bajo la tierra. Hundido en
este fuego estaban demonios y almas en la forma humana, como ascuas
transparentes de ardor, todo bronce ennegrecidos o bruñidos, flotando cerca de
la conflagración, ahora levantados en el aire por las llamas que saltaron de
dentro de sí mismos junto con grandes nubes de humo, ahora recurriendo a cada
lado parecidas a chispas en un fuego inmenso, sin el peso o el equilibrio, y
entre chillidos y gemido de dolor y desesperación, que nos horrorizó y nos hizo
temblar de temor. Los demonios podrían ser distinguidos por sus aterradoras y
repulsivas formas semejantes a animales espantosos y desconocidos, todos negros
y transparentes. Esta visión duró por un instante. Cómo pudimos jamás estar suficientemente
agradecidos a nuestra Madre celestial amable, que ya nos había preparado
prometiendo, en la primera Aparición, para tomarnos al cielo. De otro modo, yo
pienso que habríamos muerto del temor y el terror...."
Segundo secreto:
El segundo
incluyó las instrucciones de María de cómo salvar las almas del Infierno y
reconvertir el mundo a la cristiandad, este mensaje afirma que la URSS debía
desaparecer y consagrarse al Corazón Inmaculado, erróneamente se atribuye a
este mensaje la afirmación de que la URSS era un estado ateo, cuando en
contraste era un estado secular en el que la mayoría de población, de hecho,
era religiosa:
Tercer secreto:
Debido a la larga
demora para revelar el tercer misterio, existen numerosas y variadas teorías
que han circulado en la Iglesia y fuera de ella. Algunas proclaman que habla de
la guerra nuclear, la deposición del papa, el asesinato de un papa, o del
reemplazo de un legítimo papa por un impostor. Finalmente, durante una visita a
Portugal para la beatificación de los videntes Francisco y Jacinta (Lucía
estaba todavía viva), el papa Juan Pablo II anunció por medio de su Secretario
de Estado, el cardenal Angelo Sodano, que había decidido hacer público el texto
del Tercer Misterio. Unos pocos meses más tarde, el texto fue dado a conocer
por el Vaticano, junto con una discusión del significado del texto.
"Después de las
dos partes que ya he expuesto, hemos visto al lado izquierdo de Nuestra Señora
un poco más en lo alto a un Ángel con una espada de fuego en la mano izquierda;
centelleando emitía llamas que parecía iban a incendiar el mundo; pero se
apagaban al contacto con el esplendor que Nuestra Señora irradiaba con su mano
derecha dirigida hacia él; el Ángel señalando la tierra con su mano derecha,
dijo con fuerte voz: ¡Penitencia, Penitencia, Penitencia! Y vimos en una
inmensa luz qué es Dios: « algo semejante a como se ven las personas en un
espejo cuando pasan ante él» a un Obispo vestido de Blanco « hemos tenido el
presentimiento de que fuera el Santo Padre». También a otros Obispos,
sacerdotes, religiosos y religiosas subir una montaña empinada, en cuya cumbre
había una gran Cruz de maderos toscos como si fueran de alcornoque con la
corteza; el Santo Padre, antes de llegar a ella, atravesó una gran ciudad en
medio de ruinas y un poco tembloroso con paso vacilante, apesadumbrado de dolor
y pena, rezando por las almas de los cadáveres que encontraba por el camino;
llegado a la cima del monte, postrado de rodillas a los pies de la gran Cruz
fue muerto por un grupo de soldados que le dispararon varios tiros de arma de
fuego y flechas; y del mismo modo murieron unos tras otros los Obispos
sacerdotes, religiosos y religiosas y diversas personas seglares, hombres y
mujeres de diversas clases y posiciones. Bajo los dos brazos de la Cruz había
dos Ángeles cada uno de ellos con una jarra de cristal en la mano, en las
cuales recogían la sangre de los Mártires y regaban con ella las almas que se
acercaban a Dios"..
Especulaciones
sobre el tercer misterio
En 1984 el
entonces cardenal Joseph Ratzinger (papa emérito Benedicto XVI) dijo que el
Tercer Misterio pertenecía a "los peligros que amenazan la fe y la
vida del cristiano, y por lo tanto del mundo. Y entonces la importancia de los
'novissimi".
El obispo de
Fátima, Cosme do Amaral, dijo en 1984: "Su contenido concierne sólo a
nuestra fe. Para identificar el [Tercer] Misterio con anuncios catastróficos o
con un holocausto nuclear deberá deformar el significado del mensaje. La
pérdida de la fe de un continente es peor que la aniquilación de una nación; y
es verdad que esa fe disminuye continuamente en Europa."
El cardenal Mario
Ciappi, teólogo papal bajo Pablo VI y Juan Pablo II escribió: "En el
Tercer Secreto se predice, entre otras cosas, que la gran apostasía en la
Iglesia empezará en lo alto."
El papa Juan
Pablo II contó en 1980 que sus antecesores no revelaron el secreto "por no
alentar el poder del mundo comunista a hacer ciertos movimientos". Criticó
a las personas que desearon conocer el misterio sólo por mera curiosidad y
sensacionalismo. Tomando un rosario concluyó: "Aquí está el remedio contra
este mal. Ore, ore, y no pida nada más."
El 11 de mayo de
2010, Benedicto XVI dijo, al viajar en avión a Portugal para cumplir una visita
pastoral, que los sufrimientos actuales de la Iglesia por los abusos sexuales
contra niños cometidos por sacerdotes forman parte de los que anunció el Tercer
secreto de Fátima.